Vietnam, un país dividido durante años y sinónimo de guerras y conflictos internos, es hoy en día uno de los destinos más visitados de Asia. Por ello hoy vamos a recorrer Ho Chi Minh, la antigua Saigón, una ciudad que, sin ser la capital del país (Hanoi), es la más poblada, extensa y desarrollada de Vietnam, constituyendo una de las metrópolis más importantes del sudeste asiático.
Ubicada en el sur del país, Ho Chi Minh se encuentra en un punto estratégico, cerca de la costa del Mar de China, del delta del río Mekong (al que se organizan numerosas excursiones), próxima a la frontera con Camboya, y a hora y media de vuelo de Bangkok, la otra gran ciudad del sur de Asia.
La puerta de entrada habitual a Ho Chi Minh es su Aeropuerto Internacional, el de Tan Son Nhat, que con un tráfico superior a los 12 millones de pasajeros al año se ha convertido en el más importante del país. Una buena noticia para los ciudadanos españoles que viajen a Vietnam es que ya no necesitan gestionar el visado con antelación, pues desde julio de 2015 (y en principio, hasta junio de 2018) es posible obtenerlo a la llegada al país en sus principales puestos fronterizos, incluidos aeropuertos, donde obtendremos un permiso de 15 días y una única entrada (para más información sobre entradas múltiples y visados de mayor duración, consultar la web de la embajada de Vietnam en Madrid).
Ya en Ho Chi Minh, la primera sensación que tendremos será la de que hemos llegado a una gran ciudad. Sus más de 10 millones de habitantes y un tráfico intenso, donde las motos juegan un papel protagonista (se dice que por sus calles circulan más de 6 millones) nos darán la bienvenida a una ciudad que, al igual que Bangkok, parece que nunca duerme.
Sin embargo, en Saigón también hay lugares en los que se respira paz, armonía y tranquilidad, y esos son sus templos.
A la mañana siguiente de mi llegada, visitaría algunos de los lugares de culto más característicos del centro de la ciudad, como la Pagoda de Vinh Nghiem, con su peculiar torre de siete pisos, escaleras custodiadas por leones de piedra, estatuas de buda, jardines y ornamentación utilizada para las distintas ceremonias que dan lugar en ella.
Continuando con mi recorrido por la ciudad, llegaría a uno de los lugares con más historia de Ho Chi Minh, así como uno de los puntos más visitados, el Palacio de la Reunificación.
Ubicado en las instancias del antiguo Palacio de Norodom, construido por los franceses durante la época colonial, este edificio pasaría a formar parte de la administración japonesa durante la Segunda Guerra Mundial, para convertirse tras el final del conflicto en el Palacio Presidencial del presidente de Vietnam del Sur. Sin embargo, no adquiriría su actual dimensión histórica hasta el 30 de abril de 1975, cuando tras años de guerra civil, un tanque de Vietnam del norte derribaría su entrada principal dando fin al conflicto.
Hoy en día, por algo más de un dólar, es posible acceder al Palacio, visitar sus estancias principales (como sala de conferencias, gabinete de ministros...) y aprender algo más sobre la historia del país. Una visita obligada que nos acercará como pocas al Vietnam del siglo XX.
Si el Palacio de la Reunificación nos muestra el pasado de Ho Chi Minh, pocos edificios nos muestran tan claramente el presente y futuro de la ciudad como la Bitexco Financial Tower. Ubicado en pleno centro financiero, este rascacielos de 68 pisos y 262 metros es el claro ejemplo del auge de la economía vietnamita, una de las que más ha crecido en el mundo en los últimos años. Además de un mirador desde el que apreciar una de las mejores vistas de la ciudad, este complejo cuenta con centros comerciales, tiendas y restaurantes que nos ayudarán a tomar un respiro durante nuestro recorrido.
Muy próximo a este rascacielos se encuentra otro de los lugares más emblemáticos de Saigón, el Mercado de Ben Thanh, el más grande y conocido de la ciudad. Frecuentado tanto por turistas como por gente local, este mercado es el mejor lugar para comprar algún recuerdo, souvenir, artesanías, ropa o imitaciones de todo tipo, además de una buena opción para degustar la gastronomía local, dado el número de puestos de comida callejera que podemos encontrar en sus alrededores.
Aquí el regateo es parte del día a día, y ya sea por el carácter afable de la gente o porque visité el mercado a última hora de la tarde, los vendedores no me resultaron nada insistentes o agresivos como en otros lugares del mundo.
Continuando mi recorrido por la calle Nguyen Hue, una de las más animadas de la ciudad, llegaría a su zona más monumental, en la que destacan la estatua del propio Ho Chi Minh, presidente de Vietnam del Norte durante 14 años y figura clave en la historia reciente del país, así como diversos edificios de la época colonial, fácilmente reconocibles por su arquitectura y colores en tonos pastel.
De entre todos ellos destacan el Ayuntamiento de la Ciudad, construido a principios del siglo XX, la Oficina de Correos (una de las más bellas que he visitado) en la que encontraremos numerosas tiendas de sellos, numismática y souvenirs, o el Museo de la Ciudad. Otra muestra de la palpable influencia francesa es la Catedral católica de Notre Dame, así como la estatua de mármol de carrara de Nuestra Señora de la Paz, que parecen trasladarnos del sudeste asiático a algún departamento francés.
Ho Chi Minh es una ciudad en transformación, que como tantas otras en Asia parece avanzar a diferentes velocidades. De la tradición de sus templos y mercados a la modernidad de sus grandes rascacielos, pasando por las huellas de una historia convulsa que ha dado pie a una diversidad palpable en su gastronomía, arquitectura o lugares de culto...Saigón es, en definitiva, una ciudad de contrastes, que supuso mi primera toma de contacto con un país del que todavía me quedaba mucho por descubrir.
Ubicación de los sitios que ver en Ho Chi Minh
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